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Para nadie es una novedad que hay miedo de crisis, de estrechez y de más restricciones para la ya ultra castigada clase media.

Muchos tuvieron planes de comprar una casa alguna vez, pero al ver los discursos por televisión donde se hablaba del presupuesto para los pobres y mendigos, el resultado no es alentador.

El gobierno dice que pronto todos tendrán que dejar de fumar, porque el precio de los cigarrillos será muy alto como para darse el lujo. Pero suprimir este lujo, mirado desde el punto de vista de la salud, no estaría mal.

Muchas cosas, como los artículos de primera necesidad, tendrán un subsidio, y la razón es que saldrán más caros, porque ya hay mucha inflación.

Todo esto ha llevado a pensar en que pronto, hasta las frutas habrá que conservarlas con formol. Los que estaban acostumbrados a hacer una llamada tras otra desde su celular, tendrán que cortar de una vez por todas las llamadas.

Hasta comprar un segundo vehículo podría resultar demasiado caro para un mortal común y silvestre. Al fin y al cabo, en Bangladesh, como en otras partes del mundo, la crisis ya se esta haciendo sentir. Ir a comer afuera será un pasatiempo oneroso y la ropa, seguramente, habrá que reciclarla muchas veces para que no se vea tan obsoleta. Hay quienes reciclarían hasta su propia vida, con tal de evitarse el gasto en funeraria. Todo está demasiado caso como para permitirse incluso, el lujo de morir, y peor aún, pretender tener un velorio digno. Como dicen muchos políticos, confórmense, con ser envueltos en un saco, y tirados a algún rio.

Vía/ Thedailystar, Foto/ Flickr (Thomas H.)

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