Dhaka, la capital de Bangladesh, es conocida como un destino por tener una cultura única, por ser un lugar donde se puede visitar muchos sitios dignos de mención y dignos de ser llamados atracciones.
A través de los años, miles de turistas han llegado a visitar las mezquitas y los museos que contienen los secretos del pasado de la ciudad. Entre el bullicio del tráfico y los grandes edificios, hay lugares tranquilos y bellos, como el Jardín Baldha.
El Jardín Baldha fue establecido en 1904, por el dueño de una propiedad bien conocida, llamada Narendra Narayan Roy, quien decidió comenzar un pequeño jardín botánico en su finca, aunque después de du muerte, el jardín se valía por sí mismo, y el Departamento de Montes se hizo cargo de él en 1962.
Con el pasar de los años, el jardín se convirtió en un lugar donde habitan especies raras, platas exóticas y otras tantas autóctonas. El jardín está separado en dos secciones, una es la Cibeles y otra la Psique, donde los visitantes encuentran un estanque de nenúfares, un reloj de sol masivo y una enorme variedad de plantas que incluyen áloe, papiro, loto y cáctus. Hay plantas que han sido importadas desde Japón, Sri Lanka, las islas tropicales, África, Australia y Java.
Debido al crecimiento de la ciudad, algunas plantas se están poniendo en peligro de extinción, debido a que los edificios, cada vez más altos, tapan el sol que debiera llegar a las plantas y la contaminación que crece en la ciudad, está acabando con el agua pura que alimentaba el suministro de estas especies. Ahora que se están comenzando a vivir los efectos adversos del crecimiento de la ciudad, del desarrollo, las autoridades comienzan a preocuparse de este espacio de investigación, esparcimiento y visita.
Fotos: flickr