bangladesh2.jpg

Un alto porcentaje de las mujeres de Bangladesh depende todavía del salario de su marido para mantenerse, y no es ningún misterio que muchas caen en la pobreza cuando su marido muere.

Hay mujeres que se recuperan y otras que caen en la pobreza. Las que se recuperan han optado por buscar oportunidades en donde casi no las hay, como por ejemplo, trabajando en la venta de cosméticos Avon. El gran problema de las bangladeshíes, es que ellas mismas tienen el prejuicio que les dice una y otra vez en sus cabezas, que las mujeres no deben trabajar, sino que deben estar en la casa, y si han salido a trabajar, se avergüenzan de hacerlo.

Las viudas se reconocen por su sari blanco puro, y muchas de ellas, son mujeres que han salido a trabajar para sobrevivir.

Aunque uno pueda pensar que vender cosas tan pequeñas como cosméticos seguramente no aporta nada, lo cierto es que hay aldeanas que ya han conseguido superar su pobreza vendiendo Avon, una actividad que desafía a los roles tradicionales del país.

Hay tanto prejuicio con el trabajo femenino en Bangladesh, que algunas mujeres, de no haber recibido ayuda de ONG´s al quedar viudas, se habrían muerto de hambre, ya que además, estaban llenas de hijos.

En Bangladesh hay una fuerte cultura de patriarcado, con costumbres religiosas conservadoras que excluyen a las mujeres de la fuerza laboral.

Sólo un 4% de las mujeres en Bangladesh gana un salario y gana menos de la mitad que los hombres. Ellas son parte de la masa que compone los 60 millones de pobres del país.

Los hogares que son encabezados por mujeres son vulnerables. Hay un pueblo en el distrito de Bogra, en el noroeste de Bangladesh, donde las mujeres rara vez salen de sitios que permanecen inundados. Allí, las mujeres crían hijos y ganado junto, viven en chozas de bambú y casas de acero corrugado que están en medio de una densa vegetación. Lo normal es que los hombres viajen al mercado y al trabajo.

Cuando las mujeres comenzaron a salir de los típicos trabajos campesinos, se burlaban de ellas. Muchas necesitaban el permiso de su marido.
Siguiendo el ejemplo de Avon, como una empresa socialmente responsable, el programa CARE de Bangladesh, promoverá la alimentación de niños desnutridos, mediante la comercialización de yogur alto en grasa a bajo precio, y promoviendo el trabajo femenino.

El éxito de los negocios, depende de la demanda, y la demanda a veces es muy crítica. Una crema que acaraba la piel, por ejemplo, fue acusada de promover la discriminación. No cualquier negocio sería exitoso en este país.

Vía/ Guardian

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el permalink.