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Tagore ha sido calificado como el “Shakespeare de Bengala” y “genio”, y con justa razón, porque este poeta bengalí, autor indio universal y único Premio Nobel de Literatura del gigante asiático se lo merece.

Tagore es parte de la vida de dos naciones, India y Bangladesh, y su legado está presente en todos los becarios, que analizan su vida y obra. En las universidades de todo el mundo se habla de su trabajo y siempre se revelan facetas de su personalidad, que son desconocidas para sus seguidores.

El gobierno anunció una serie de iniciativas para conmemorar los 150 años del Premio Nobel, con el cual se establece su contribución a la hermandad y fraternidad internacional. Las becas Tagore fomentan la investigación sobre el poeta y artista, además de actualizar los documentos ya existentes.

El primer ministro dijo que se abrirá una amplia gama de proyectos para hacer de las obras de Tagore, algo más accesible al público, preservándose su obra para la posteridad, destacando la necesidad de restablecer Visva-Bharati a su antigua gloria y la restauración de los bienes culturales en Santiniketan.

Los artistas y poetas en este siglo encuentran un reconocimiento más amplio, internacional y abierto, que nunca antes tuvieron y que de haberlo tenido en vida, quizás hubieses podido contribuir aún más de lo que lo hicieron en muchos casos, porque no son pocos los que en vida, sufrieron las miserias más tristes, para luego de cien años de muertos, ver como recién se han comenzado a acordar de ellos, tomándose sus obras como la materia prima de los museos y las galerías de coleccionistas. ¿O será que el negocio es ignorarlos en vida para darles homenaje después de muertos?.

Vía/ timesofindia
, Foto (Centralasian) flickr

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